No al continuismo

El 7 de noviembre del 2017 en Tegucigalpa, se realizó una movilización de rechazo al continuismo del presidente de turno; la convocatoria la hizo la Convergencia Contra el Continuismo, una organización civil, que actúa movida por la convicción de recuperar la democracia, la soberanía y la participación activa de la ciudadanía contra la instauración de una dictadura impuesta por la vía electoral. Ellos y ellas se denominan así:

“Esta Convergencia Contra el Continuismo es la convocatoria de diversas iniciativas articuladoras de sectores de ciudadanía activa, organizada y movilizada. No somos partido político, somos ciudadanía, sectores sociales alarmados y en alerta por el peligro en el que se encuentra la patria ante la amenaza de una dictadura por la vía electoral. Somos una ciudadanía activa que decidimos contribuir a recuperar el Estado de Derecho, la democracia y la paz. Por ello, ante ustedes, Señores de la Alianza Opositora, comparecemos para demandar de ustedes los siguientes compromisos:”

Retomaremos del mensaje dirigido a los políticos que se denominan de oposición, algunos aspectos que tienen relevancia en cuanto al tema de los bienes naturales, las comunidades y la Madre Tierra, en el comunicado plantean:

“2. Que siendo gobierno reviertan el proceso de privatizaciones, y así recuperar el liderazgo del Estado en su responsabilidad social. Queremos un Estado comprometido para que sean públicos los servicios de educación, salud, electricidad, telecomunicaciones y todos aquellos servicios que tiene que ver con el bienestar y el bien común.

3. Que recuperen la soberanía nacional, que se deroguen las ciudades modelo, la ley de minería, y todas aquellas leyes que concesionan ríos, carreteras, territorios y bienes para ponerlos en manos de la alianza pública privada, que es más privada que pública, y más corrupta que privada. Queremos que impulsen una política que nos devuelva la decisión soberana sobre los bienes comunes, y que rompan con la lógica de la industria extractiva.

5. Que se impulse una reestructuración agraria que ataje la terrible e ingrata concentración de la tierra y sus beneficios en muy pocas familias, y se abandona a la desesperación a centenares de miles de familias campesinas. Demandamos una reforma agraria profunda que subordina la agroindustria a la soberanía alimentaria, y entregue el derecho a la población campesina y sus organizaciones de base de liderar la construcción de su propio futuro.

11. Que luchen hasta el final para que se haga justicia en el asesinato de nuestra compañera Berta Cáceres y de todas aquellas mujeres y hombres asesinados por ser defensoras y defensores de derechos humanos”.

La Convergencia hace muy bien plantear y cuestionar a los políticos de la llamada oposición sobre estos temas que están entrelazados y tienen que ver con la vida de las comunidades campesinas y pueblos originarios. En estos momentos no se puede gobernar de manera democrática, sino se tiene en cuenta la realidad de las comunidades y de los bienes naturales, junto con el patrimonio de la Madre Tierra: este es un aspecto fundamental de la soberanía, como lo es los bienes comunes del pueblo.

La crítica es al modelo privatizador, saqueador y depredador de las empresas extractivas; un sistema que asesina a los líderes y lideresas que son defensoras de la Tierra y de lo que produce vida para todos y todas en el territorio.

La entrega de los bienes naturales y del territorio, es una política del partido que gobierna, es un modelo de producción que solo enriquece a un pequeño sector nacional e internacional. El papa plantea en la encíclica Laudato Si

“Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en « los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad ».

El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y « tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado ». Por lo tanto, la capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la base de la donación originaria de las cosas por parte de Dios” (LS 5)

También plantea con firme cuestionamiento:

“Los recursos de la tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no sólo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios” (LS 32).

“…hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres” (LS 49)

El papa Francisco, sí desvela con realismo y profecía el actual modelo de producción y consumo, que tiene sus raíces en la privatización de los bienes comunes y destrucción de la Creación, violentando la vida de las comunidades y sus territorios. 

Por eso, con mucha razón se tiene que recuperar como escenario de vida, la relación que existe entre los humanos, los bienes naturales y la Madre Tierra: la Casa Común. El papa critica:

“Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos.

Cualquier intento de las organizaciones sociales por modificar las cosas será visto como una molestia provocada por ilusos románticos o como un obstáculo a sortear” (LS 54).

La criminalización y asesinatos en Honduras, de hombres y mujeres defensores de los derechos humanos y ambientales, como territoriales, es un aspecto que el papa lo ve preocupado; cuando las comunidades por defender su patrimonio territorial y bienes comunes entra en conflicto con los modelos económicos y sus empresarios que buscan el enriquecimiento a costa de la destrucción de la creación y el humano.

Tiene mucho sentido que se le exija a los candidatos que pretenden gobernar el país, más todavía, si se llaman en oposición: que cuiden y defiendan la soberanía alimentaria, el agua, el oxígeno, los bosques, la biodiversidad, el territorio y todo lo que depende de la Madre Tierra.

“No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza” (LS 139).

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