La Fiesta de los Santos y Santas Franciscanas



El 29 de noviembre se celebra la fiesta de los santos y santas franciscanas; esta celebración motiva a la familia franciscana al camino y seguimiento de Jesús, al estilo de Francisco y Clara de Asís. 
Sabemos que los que son reconocidos como santos y santas en la Iglesia, son los que pasan el procedimiento requerido por el Vaticano, es decir, por la oficina encargada del proceso para reconocimiento de la santidad. Uno de los aspectos en este proceso, es que la persona se le considere que vivió al modo de Jesús, estos es, desde los valores evangélicos; en realidad con esta viviencia, sería suficiente. Sin embargo, el proceso pide la parte de los milagros. Lo que si hay que tener en cuenta es que este es un proceso serio, profundo y científico. Por otro lado está el reconocimiento del pueblo cuando un hermano o hermana franciscana es considerada que vivió en santidad, al modo de Jesús; esto es un clamor popular que hay en varios pueblos.

Hasta hace un tiempo, estaba pendiente en el reconocimiento a la santidad, la vía del martirio por odio a la fe o a los que aman a los pobres, defendiendo su causa. Los mártires que por defender al pobre y desvalido, han entrado en confrontación profética con las instituciones del Estado y el ejército, o con terratenientes y empresarios inescrupulosos que destruyen la creación, no estaban en la lista de los mártires o santos de la Iglesia universal. Es muy reciente este paso en el reconocimiento de la santidad por la vía del martirio: monseñor Romero es un claro ejemplo. 

Recientemente será beatificado Fr Tulio Maruzzo y Obdulio Arroyo un laico cristiano, que fueron asesinados cruelmente, por defender a los campesinos, en tiempos de la represión militar en Guatemala. Esto solo es una muestra de los recientes santos que entran al proceso de canonización, por la vía del martirio, asesinados en pueblos católicos, por supuestos cristianos católicos. Hay que tener presente que la institución castrense tiene un capellán católico para asistencia pastoral. Bueno, en el caso de Honduras tanto el arzobispo y el obispo auxiliar tienen militares, como “guardaespaldas de sus vidas”.

La vía del martirio en Centroamérica tiene una gran lista de hombres y mujeres cristianos católicos, que fueron asesinados por actuar proféticamente, por solo creer en Jesús, por defender la causa de los pobres. La mayoría de los asesinatos de estos católicos, fueron realizados por miembros del ejército, en los tiempos de la supuesta “guerra fría”.

La lista de los franciscanos y franciscanas que han vivido al modo de Jesús, o que han dado la vida como El, es un pendiente de reconocer en la Iglesia; nosotros como familia franciscana, tenemos que recordar no solo a los de la primera Orden, ni solo a las clarisas, sino a tanto hombres y mujeres laicos que todavía no están en las listas canónicas de la Iglesia, pero sí en los corazones e historia de nuestros pueblos empobrecidos y sedientos de justicia.

Retomemos unas palabras recientes del papa Francisco, que nos sigue inspirando y exhortando como cristianos y franciscanos.

“La minoridad franciscana se presenta como lugar de encuentro y de comunión con Dios; como lugar de encuentro y de comunión con los hermanos y con todos los hombres y las mujeres; y finalmente, como lugar de encuentro y de comunión con la creación” (23 de noviembre, en la Sala Clementina del Vaticano, 2017).

«De hecho, en su forma de vida, el adjetivo ‘menor’ califica al sustantivo ‘hermano’, dando al vínculo de la fraternidad una cualidad propia y característica: no es la misma cosa decir ‘hermano’ y decir ‘hermano menor’. Por esto, hablando de fraternidad se necesita tener bien presente esta característica típica franciscana de la relación fraterna, que exige de ustedes una relación de ‘hermanos menores’».

Como bien nos invita el papa Francisco, nuestro talante de santidad está en vivir desde la minoridad, que propicia la fraternidad con todos y todas, y con la creación entera. Ser hermanos y hermanas de todos los que van por el camino, de cada criatura, no es algo romántico, es un acto profético y evangélico, es una luz en estos tiempos donde la propuesta devastadora de las empresas extractivas quieren destruir nuestra Madre Tierra y sus bienes que fueron dejados para bien de todos y todas, en especial de las futuras generaciones.

Somos franciscanos y franciscanas, eso nos alegra, más nos unimos con todos y todas las que dieron la vida porque que hubiera más vida.



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