Cirio Pascual, Cristo Nuestra Luz |
¡Levántate, brilla, que llega tu luz!
“Todavía, cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos,
todavía esperamos, a pesar de los golpes que asestó en nuestras vidas el
ingenio del odio desterrando al olvido a seres queridos…”
Así
de manera poética y profética es la letra del canto de Víctor Heredia; la
diferencia es que, él lo cantó en tiempos de represión y persecución militar
por parte de los regímenes golpistas de los 80 en América Latina.
Es
cierto que en estos tiempos muy reciente tuvimos la experiencia de un golpe de
Estado, ejecutado desde una “política refinada” en el actual modelo democrático
capitalista, pero podemos decir que no estamos en guerra civil; sin embargo, el
número de muertes diarias en Honduras es alarmante.
Los
asesinatos son en todos los estratos sociales, en los distintos espacios e
instituciones del país. Recientemente se asesinó abogados defensores de los
derechos humanos, un fiscal significativo en la lucha contra la impunidad del
crimen organizado y político.
También
otra institución afectada es, contradictoriamente, la Policía Nacional. La
contradicción es que esta institución del Estado y Gobierno hondureño, está
acusada de robos, secuestros y asesinatos.
Según el “Heraldo”, diez oficiales de Policía han sido asesinados en lo
que va del año. El último catalogado por sus compañeros como “uno de los
policías más honestos”.
Estos
humanos que son recordados como “honestos” en el desarrollo de su profesión de
ser policía, son signos de esperanza que podemos ser personas con rectitud y
constructores de una sociedad basada en la en bondad y cuidando la vida.
Estamos
viviendo tiempos difíciles, confusos y de muerte violenta: ¡cuál es el precio
de la vida en esta patria! “Todavía cantamos, Todavía soñamos”…a pesar de los
golpes y el dolor de las muertes violentas.
Los
cristianos, seguidores de Jesucristo, tenemos la fe, la esperanza y el amor en
los corazones, por eso la Buena Noticia del profeta Isaías nos consuela y
fortalece en estos tiempos muy difíciles:
“¡Levántate, brilla, que llega tu luz;
la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, la
oscuridad los pueblos; pero sobre ti amanece el Señor, su gloria aparecerá
sobre ti” Is 60,1-2.
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