En el mundo, una de cada cuatro mujeres ha sido violada en algún momento de su vida. |
No Violencia contra las Mujeres.
“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada”.
“Cuando
llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió su Hijo, que nació de mujer…” (Ga
4,4). Estos días en la espiritualidad cristiana católica celebraremos el tiempo
de “adviento”, un tiempo preparativo para la navidad. En este acontecimiento
del Dios encarnado en la historia humana, las mujeres llevan un papel
protagónico. La historia de Salvación se tejió en el seno materno de una mujer
plenamente humana e histórica.
También
estos días, el 25 de noviembre, se celebró el día decretado por las Naciones
Unidas como: Día internacional de no
Violencia contra las Mujeres. La institución define como “violencia de la
mujer”:
“Todo acto de violencia basado en el
género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o
psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de
la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada”.
En
este tiempo de cultura global, de economía de mercado y de una sociedad
excluyente, los informes internacionales plantean que:
“Las mujeres de todo el mundo son objeto de
violación, la violencia doméstica y otras formas de violencia, y a menudo están
ocultas la escala y la verdadera naturaleza de la cuestión.
- En el mundo, una de cada cuatro mujeres ha
sido violada en algún momento de su vida.
- Dependiendo del país, entre una y tres de cada
cuatro mujeres son maltratadas físicamente en sus hogares de forma
habitual.
- Cerca de 120 millones de mujeres han padecido
mutilaciones genitales.
- Las violaciones han devastado mujeres, niñas y
familias en los recientes conflictos en Ruanda, Camboya, Liberia, Colombia, Somalia, Uganda y en la antigua Yugoslavia”.
En lo referente a Honduras, “el Centro de Derechos de
las Mujeres estima que entre el año 2001 al 2008, 1,254 mujeres perdieron la
vida a manos de sus parejas” (PNUD). Este dato de años anteriores es alarmante
a nivel regional.
“De los 1,010 asesinatos de mujeres
que tuvieron lugar de 2008-2010 en el país, solamente uno de cada cinco fue
llevado ante los tribunales, y solamente 5.6% del total de casos de asesinatos
resultaron en condenas” (informe de mujeres SP. 2011).
“Hasta el 70 por ciento de
mujeres experimenta violencia en el transcurso su vida. Según los cálculos,
entre 500,000 y 2 millones de personas son traficadas anualmente en situaciones
que incluyen prostitución, mano de obra forzada, esclavismo o servidumbre.
Mujeres y niñas suman alrededor del 80 por ciento de las víctimas detectadas”. (UNITEH.
2012). “La violencia contra las mujeres se incrementa
en el país cada día, sólo en el 2012 han ocurrido más de 450 muertes
violentas de mujeres” (CEM-H.2012).
Estos datos
anteriores nos muestran con dolor la situación de la mujer. Seguimos siendo una
sociedad, en el siglo XXI, que trata con violencia y asesina sus mujeres. Parece
que somos una cultura donde el machismo está creciendo junto con la violencia
doméstica, esto es una vergüenza, aún sabiendo que todos dependemos de una
mujer.
Es bueno preguntarnos a
lo interno de la Iglesia católica: ¿seguimos permitiendo el machismo en las
prácticas pastorales? ; ¿en nuestras acciones pastorales, hay discriminación y
violencia contra la mujer? ; ¿todavía consideramos a la mujer causante de los
llamados “pecados de moral-sexual”?
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