Navidad en Honduras

El Papa recordó en la eucaristía de navidad, que “el Hijo de Dios tuvo que nacer en un establo porque los suyos no tenían espacio para él” pero allí fue precisamente “donde se enciende la chispa revolucionaria de la ternura de Dios”. “En Belén se generó una pequeña abertura para aquellos que han perdido su tierra, su patria, sus sueños”.

Es esperanzador sentir la huella del Dios encarnado en la historia, asumiéndola para redimirla y transformarla. Los cristianos, renovamos esta navidad, nuestra Esperanza que tiene su fuente en Jesús, en su Espíritu liberador y transformador; los cristianos, que dejamos que Jesús nazca en nuestro corazones, nos volvemos revolucionarios y constructores de un mundo más justo y fraterno, así lo resalta el papa Francisco hablando de la navidad que es, “donde se enciende la chispa revolucionaria de la ternura de Dios”.

Como José y María hoy “vemos las huellas de familias enteras que hoy se ven obligadas a marchar” así como la de “millones de personas que no eligen irse, sino que son obligados a separarse de los suyos, que son expulsados de su tierra”.

Francisco reconoció que algunos de ellos están cargados de “esperanza” y “futuro”, pero otros solo están llamados a “sobrevivir a los Herodes de turno que para imponer su poder y acrecentar sus riquezas no tienen ningún problema en cobrar sangre inocente”.

El papa es realista al reconocer la maldad que rodeaba aquel pesebre, aquel acontecimiento sencillo y pequeño, es decir, el nacimiento de Jesús se dio en condiciones políticas, económicas y sociales deshumanizantes. La exclusión social, al tomar el lugar de los empobrecidos; el ocupar el lugar político de los sin poder, de los nadie, de los que no cuentan; y socialmente solo fue un nacimiento más de un judío piadoso.

Herodes representa o simboliza a todos los hombres o mujeres que ocupan el poder político para oprimir, reprimir y asesinar; por eso salieron huyendo José y María, sin rumbo, solo con la fe en el mismo Dios de Abraham.

Hoy en Honduras, los que creemos en Jesucristo, los que dejamos que Jesús con toda su sencillez y bondad nazca en nuestros corazones; estamos llamados a acrecentar la esperanza y la sed de justicia, a ser revolucionarios por puro amor; a ser constructores de paz y verdad; a ser pregoneros de Buenas Noticias en medio de tantas malas noticias para las mayorías empobrecidas en este país. 

Renovemos con la chispa de la revolución de nuestro Dios hecho humano, hecho historia, nuestro sentido de discípulos y discípulas enviados a llevar un amor transformador y liberador, con una esperanza que se da en lo débil y frágil de lo humano. En estos días de dictadura y represión de la población, de fraude electoral y mentiras de los políticos, de botas militares asesinas; para nosotros los cristianos, es tiempo de amor y esperanza, de justicia y fraternidad, de verdad y libertad, de paz y equidad.

¡ SI AL DIOS DE LA VIDA, AL DIOS HECHO HUMANO, AL DIOS AMOR; NUNCA LA DICTADURA Y LA BOTA OPRESORA!