Creer en Jesús en tiempos de Represión



Creer en Jesús, en tiempos de represión del gobierno y lucha del pueblo en Honduras.

Los textos de los evangelios, son la memoria de Jesús: su pensar, sentir y actuar; nos recrean las opciones y gestos que Jesús hacía movido por el Reino, con deseos de llevar la Buena Noticia a los pobres y necesitados. Sin embargo, la mayoría de pasajes evangélicos nos mueven las entrañas y al mismo tiempo nos destantean de nuestra posición cómoda y tranquila de creer en un “dios”. Retomemos los textos anteriores, que reflejan unas palabras y gestos de Jesús, que desubicaban a los creyentes judíos de su tiempo, a los líderes de la religión, a los que manejan las leyes religiosas. Acerquémonos con humildad, apertura y bondad a este actuar de nuestro Señor Jesús.
“Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. 

Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo” (Mt 11,11-12).

Jesús pone la centralidad en los pequeños, los pobres y humildes; esto es una ubicación social y cultural: Jesús se pone del lado de los últimos. La otra frase que mueve, es que el reino se alcanza con “violencia”, una palabra poco usada en la fe; sí usamos la palabra sacrificio, nos gusta hablar del sufrimiento, pero no de entregarnos totalmente hasta generar violencia en nuestro egoísmo y confort. El Reino de los Cielos, se construye con lucha y entrega que desestructura violentamente nuestros parámetros y principios cómodos de una religión institucional y basada en la ley como fin. Otras palabras de Jesús, el Maestro de la vida:

“¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: 

'¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!'. Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores'. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras" (Mt 11,16-19).

Jesús critica a esa generación de apariencia religiosa y cerrazón institucional; porque no quieren ver, no quieren sentir y no quieren actuar, por eso plantea: “la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras”. De que obras habla Jesús, es evidente que habla de actuar con misericordia, en verdad, con justicia, con ternura, solidaridad, en sencillez, perdonando y con fe: “ama tu prójimo como a ti mismo”. 

En estos tiempos, luchar con fe por una realidad justa, fraterna y equitativa, es una situación de conflicto: así lo estamos viviendo desde la fe los que luchamos en Honduras por una sociedad democrática y en paz, sin dictadores y represiones.

En estos momentos de represión, fraude y abuso del poder estatal en Honduras, los seguidores y seguidoras en Jesucristo, retomamos el espíritu de Jesús, actuar movidos por la violencia del Reino, que lleva a caminar con el pueblo en sus luchas, y mantenerse del lado de los pequeños, como bien lo dice El Señor: “Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él”.

Sigamos actuando con fe y esperanza, movidos por la fuerza del amor, que nos lleva a actuar con justicia, libertad y ternura.

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