MADRE TIERRA
“Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”
por la hermana nuestra madre tierra,
la cual nos sostiene y gobierna
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”
Francisco
de Asís, en su propuesta de ser hermano y hermana de todos los seres vivos, nos heredó un plan de vida, un modo de existir en
el planeta: como hermano y amigo de todo lo que fue creado por el amor del
PADRE.
Sentir,
vivir y actuar como hermano/a de la “madre tierra”, es estar en este mundo como
protector y cuidador de todos los bienes naturales. Ser hermano/a es actuar
desde la fraternidad y la igualdad, la bondad y la solidaridad, la verdad y la
justicia; sin dar lugar a la violencia y la destrucción de cualquier viviente
de este planeta.
Todos
los días, los medios de comunicación hegemónicos del país, nos presentan
lecciones de violencia, destrucción y muerte. Podemos decir que en lo cotidiano
hay mensajes educativos de cómo ser y formar una sociedad violenta, de cómo
agredir y destruir al otro que está a tu lado, a todos los seres vivos de la
naturaleza.
Cuanto
bien haríamos los que somos seguidores de Jesús al modo de Francisco y Clara,
si actuáramos desde el modelo fraterno de manera pensante y propositivo, seguro
seríamos hermanos y hermanas que caminan por todo el territorio de Honduras
anunciando la PAZ Y BIEN.
Ser
hermano y hermana, es vivir con actitud sencilla, sin apoderarnos de nada, ni
acaparar los bienes naturales mucho menos destruirlos, dejando nuestra forma de
vida consumista, en austeridad y pobreza, en apertura de mente e ideas. El
hermano/a escucha con el corazón, dialoga sin prejuicios, se incluye con los
otros humanos y los seres vivientes del planeta.
Un
modelo hermanable o fraterno desde la espiritualidad franciscana, se refleja en
una práctica que no apoya o se deja llevar por el sistema capitalista, aun
cuando surja el conflicto con el modelo económico-político imperante, que está
basado en una economía de mercado, consumista y neoliberal. Este modelo ve los
recursos naturales como mercancía y al ser humano como mano de obra para sus
beneficios económicos.
Es
tiempo de que en las calles y caminos de Honduras, vean a los hermanos y
hermanas franciscanas anunciando, que todos somos hermanos, iguales en dignidad
y calidad de vida, gozando con respeto de los beneficios y belleza de la
naturaleza.
“Alabado seas, mi Señor, por la
hermana nuestra madre tierra”, que
esta alabanza sea una oración contemplativa para estos tiempos, que nos
conduzca a la práctica de la bondad y la justicia en estas tierras donde
vivimos, es decir, en la casa que todos los vivientes compartimos.
Fr,
René
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