¡La antorcha de la paz visita Honduras!
Estos días de septiembre que se celebra la independencia de Honduras, nos visitó la “antorcha de la Paz”. Este símbolo que busca recordar que tenemos que vivir entre los países y a lo interno de ellos en paz, como ciudadanos.
La
paz tiene que ver con la justicia, la equidad, con la participación ciudadana,
con la alimentación, la salud integral, la tolerancia y la integridad de la vida humana. Basta tener
una mirada a nuestro alrededor familiar, del barrio, de la ciudad y del país,
para saber que tenemos una paz muy debilitada o ausente.
Los
datos de muertes en el país son alarmantes, solo en ocho meses de este año van 4,703
homicidios. La tasa de homicidios en el país según la OEA, es de 91.6 víctimas
de homicidio por cada 100,000 habitantes (El Heraldo.17-9-12). En el 2011 la
tasa de homicidios fue de 86.5% por 100,000 habitantes, según la ONU ese año se
concretaron más de 82 mil homicidios.
La
vida de los niños y niñas esta cada vez más deteriorada, en este pueblo desde
muy temprana edad se castiga y niega lo necesario a los compatriotas que están
surgiendo en la misma sociedad: “18,682 infantes forman parte del mercado
laboral de la capital; 6,200 niños y niñas de la capital viven en riesgo
social”. En el 2011, con dolor se puede contabilizar, “un niño muerto cada
semana, en promedio; se registraron 1,327 denuncias en la fiscalía vinculadas a
la violencia sexual (El Heraldo. 10-9-12). En todo este panorama, también, la
mujer y los jóvenes son los que más están sufriendo las consecuencias de la
violencia en todas sus expresiones.
¿Por
qué se está deteriorando el tejido social en Honduras? ; ¿qué nos pasa que somos
una de las sociedades más violentas de América Central? ; ¿es posible que la
violencia es parte de la idiosincrasia hondureña? ; ¿la violencia es un
problema de la clase pobre en el país? Estas y otras interrogantes pueden salir
en el camino de los que nos preocupa la vida para todos/as.
Los
creyentes en Jesucristo, los que sentimos ser discípulos de Jesús y que EL es
el Señor de nuestras vidas, preguntémonos ¿somos símbolo de reconciliación, paz
y justicia? ; ¿estamos contribuyendo a una sociedad reconciliada, donde se
proclama la verdad y se construye la justicia?
Uno
de la Palabra del profeta Isaías, de ser mensajeros de la paz, igual que el
“príncipe de la paz”; necesitamos los creyentes pedir ese Espíritu de la Paz,
que “no juzgará por apariencias…juzgará
con justicia a los desvalidos, sentenciará con rectitud a los oprimidos…”
en estos tiempos de violencia e injusticia social, dejemos llevar por este
Espíritu que nos invita a soñar y creer que es posible…que “el lobo y el cordero irán juntos, y la
pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león engordaran juntos; un
chiquillo los pastorea… no harán daño en todo mi Monte Santo, porque se llenará
el país del conocimiento del Señor…” (Is 11, 1-9)
fr. René, Ofm
Ciertamente las estadísticas son aterradoras y muchas veces desesperanzadoras. Los tiempos que vivimos siempre nos llevan por caminos que difícilmente podrían haber sido superados por las violencias pasadas, guerras mundiales, Imperio Romano, etc... lo más irónico es que estamos en "períodos de paz", celebrando "independecias"...
ResponderEliminarPero la última palabra no ha sido escrita. En medio de tanto dolor pronto surgirán los nuevos Franciscos y las nuevas Claras que nos guiarán por las sendas de la Paz y el Bien.
Por otro lado, la indiferencia, el egoísmo, el individualismo y el binestar de unos pocos sigue condenando a nuestros pueblos al sufrimiento y el dolor inhumano del siglo XXI. Es hora de denunciar esos elementos del mal y trabajar comprometidamente por el bien común.
Paz y Bien.