Tiempo de Esperanza en Honduras

“La esperanza don de la fe y signo de la experiencia de vida cristiana…esperanza que es evangelio, Buena Noticia en medio nuestro… esperanza que ha sido signo del Pueblo de Dios en toda la historia de Salvación… esperanza que se hace realidad en la acción de Dios al transformar la vida de cada ser humano y de las comunidades para hacerles mejores personas e instaurar justicia según el amor de Dios (siempre a favor de los más pobres, no según los intereses de unos pocos)… esperanza en el cuidado de la Creación como experiencia de vida en plenitud… esperanza que se hizo plena en la encarnación de Jesús pues mostró un camino de liberación/salvación” (Cesar Augusto Baratto, Biblista colombiano).

Compartimos el sentido de la Esperanza que nos plantea Cesar Baratto en su reflexión de estos días de navidad, año nuevo y la epifanía. Creo que desde cualquier lugar del planeta donde estemos necesitamos de tener Esperanza, sin esa actitud o principio espiritual no se encuentra el sentido de la vida, y menos de la lucha porque haya vida, y vida en abundancia como lo afirmó Jesús.

En Honduras es un lugar donde el pueblo necesita tener Esperanza, por tener un año donde la migración o desplazamiento forzado se han dado más en la niñez y juventud; donde la violencia y asesinatos son realizados por el crimen organizado, los grupos armados del Estado que reprimen y asesinan; por criminalizar la protesta civil; el empobrecimiento de los hogares y el aumento de los costos de la canasta básica sigue en aumento sin control; por los femicidios y asesinatos en la impunidad; por la persecución a los defensores y defensoras de los bienes naturales y sus territorios; por los saqueos, destrucción y contaminación de la tierra, el agua y su biodiversidad realizada por las empresas extractivas; y para rematar a este pueblo sediento de justicia y paz, el actual gobierno y presidente postula su reelección violando la constitución, realizando procesos amañados y con un procedimiento claramente fraudulento en las elecciones generales del 2017, las cuales siguen cuestionadas por los observadores internacionales, y el oposición política.

Esperanza eso se necesita para vivir en Honduras, esto principalmente es sentir y pensar en las nuevas generaciones de este territorio bendito; por eso, es totalmente prioritario como agenda nacional el pensar en el relevo generacional. Tengamos consciencia y responsabilidad política y social, que sin bienes naturales, sin comunidades locales que vivan en los territorios, tanto indígenas como campesinos, sin agua de calidad y para todos (que el extractivismo es destructor y contaminante desproporcional); sin biodiversidad y ecosistemas (se tienen más de 100 zonas de reserva natural e hídrica); sin producción agrícola nacional; sin jóvenes (que son asesinados o desplazados forzosamente); no se puede vivir en un territorio, menos ser pueblo con identidad y soberanía.

Es por ello, que siendo creyentes, apostamos por las Bienaventuranzas, hoy deben proclamarse mas que nunca, para llegar a la profunda verdad del evangelio, sin ellas poco o nada hacemos y por eso, la Esperanza, es una bienaventuranza que nace de las otras bienaventuranzas: 

Bienaventurados los que trabajan por la paz…

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia…

Bienaventurados los que corazón honesto (limpio)…

Bienaventurados los pobres (o con espíritu de pobre)…

Bienaventurados los que lloran la injusticia y por la maldad…

La Esperanza no llega sola, no llega por casualidad, sí llega movida por el mismo Espíritu que movió a Jesús, el mismo que lo hizo encarnarse desde el lugar de los pobres y pequeños de esta historia; que lo confronto con el poder político, económico y religioso, por no estar en la línea de acumular y enriquecerse, de reprimir y abusar del poder, por no pactar con los opresores y la tiranía destructora de la belleza humana. 

Que Jesús nos de su Espíritu…como dice la canción, ¡venga la Esperanza...vuela el colibrí…sin Esperanza donde va el amor!