María Magdalena - Mujer Libre

María Magdalena, así te recuerdan los evangelios; quedaste en la memoria de las Buena Noticia del Reino de Dios.

María Magdalena, eres memoria de la misericordia de Jesús, de la ternura de un hombre con una mujer, de la bondad sin límites entre dos pares.

María Magdalena, la de Magdala, señora y mujer libre, consciente y determinante al decidir seguir a Jesús, con todo los riesgos que acarreaba esa decisión.

María Magdalena, la de siete demonios expulsados, la mujer que experimento ser sanada y amada al mismo tiempo.

María Magdalena, mujer de carne y hueso, de historias y caminos, de verdades y bondades.

María Magdalena, la discípula, que servía al Maestro con su vida y sus bienes, cercana y solidaria.

María Magdalena, que te liberaste del sistema patriarcal, que Jesús te libero de ser afectada por los prejuicios, los juicios de un judaísmo moralista, opresor, marginador y condenatorio de la mujer.

María Magdalena, solo ese ser masculino, viril, profundamente humano de Jesús, te cautivo y libero para cantar al amor que no es amado.

María Magdalena, versión nueva de Eva, versión renovada de aquella primera mujer de la historia de salvación.

Marí, como te llamaba el Maestro, con toda ternura y sensibilidad, con todo el amor que sabe que amar es dar la vida por el amado, por el Reino, por los pobres y ovejas inocentes.

Marí, así quedas en la memoria de los evangelios como el primer apóstol, la mujer que lleva buenas nuevas y anuncia la resurrección, que la vida sigue.

María Magdalena, tenías que ser mujer, como María la Madre de Jesús…