Fórmula
perfecta en la cultura hondureña: política y fútbol. En los bellos paisajes de
este país, bendecido por su geografía y recursos naturales, se encuentran una
gran cantidad de propaganda de los distintos candidatos para las elecciones
primarias.
Estos rótulos
propagandísticos, presentan fotos y lemas sugestivos (mal intencionado: “primero
los pobres”) de candidatos de alguna corriente interna del partido. Estos
rótulos son de todos los tamaños y formas: la intención es impactar visualmente
en la población.
Los
candidatos políticos no dan tregua, aún en medio de escándalos públicos, que
tienen que ver con el funcionamiento de instituciones del Estado. Estos días
toco el turno al encargado de la institución de finanzas. Pero reciente, salió
la situación de negocios poco claro de la institución de suministro de energía
eléctrica.
El pueblo
baila según la música que decidan estos políticos, pero pareciera que es el
ritmo que nos gusta en honduras desde hace varios años.
Estos días
que se desarrollaron las Olimpiadas de Londres 2012, muchos de los MCS han
presentado como noticias relevantes los acontecimientos en dicho evento mundial.
El fenómeno
(porque no sucede siempre) que se resalta en el país, es con la selección
olímpica de fútbol masculina, que alcanzó el séptimo lugar de clasificación,
derrotando a los que se consideran grandes en este deporte, como España. Este
es un bello logro.
Un periódico
título este logro así: “gracias selección Olímpica…son nuestro orgullo”. En
esta frase se expresan emociones significativas de este acontecimiento
deportivo.
¿Qué
significa ser héroes en un pueblo pobre, violento y destruido en su tejido
social? Será que nos conformamos con estos acontecimientos “superficiales”. Hay
que preguntarse, ¿qué es la felicidad humana?, o expresado de otra manera,
¿dónde ponemos nuestra felicidad?; respondería Jesucristo, “donde está tu
tesoro, allí está tu corazón” (Mt 6,21).
En un pueblo
donde no tenemos una calidad de vida digna, donde literalmente “la vida no vale
nada”, ¿es necesario un respiro de felicidad y gloria dado por un equipo de
fútbol que le jugó bien a Brasil?
¿Cuál es la
“autoestima” (si me permiten usar este término) que tenemos como pueblo, en qué
basamos nuestra dignidad social, cultural y nacional?; parece ser que este
sistema donde todos somos parte de la máquina productora de capital, nos hace
confundir lo vital con lo relativo.
¿Qué es más
importante, la vida humana, la vida de la naturaleza, que una clasificación
deportiva en un evento montado por la clase poderosa del mundo, donde
participan los que viven en un nivel económico alto?; ¿cuántos hondureños
pudieron asistir a las Olimpiadas?
El orden
VITAL lo hemos confundido, lo hemos invertido. Esperemos que las cosechas de
los granos básicos para la alimentación de la población no se pierdan por el
cambio climático, mientras celebramos el gane olímpico como un logro vital, o
mientras seguimos sin crítica un candidato de las primarias.
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