Son los siguientes:
1.- Individualidad: "conversión personal", sin la que será posible cualquier reforma. "La verdadera reforma es la de los hombres. La conversión personal soporta y refuerza la comunitaria. Una sola persona puede hacer tanto bien a todo el cuerpo, o dañarlo mucho".
2.- Pastoralidad: conversión pastoral. "Imagen del pastor, siendo la Curia una comunidad de servicio, estamos llamados al ejemplo de Dios, el buen pastor, plenamente renovados a nuestra misión. Aunque en nuestros ambientes de trabajo podamos trabajar un fuerte sentido pastoral. Que ninguno se sienta maltratado y todos puedan experimentar la cura del buen pastor". "El empeño de todo el personal de la Curia debe ser animado por un servicio de comunión, antídoto contra la vana ambición y la rivalidad", recalcó el Papa.