ACAPARAMIENTO DE OCÉANOS Y LEY DE PESCA Y ACUICULTURA EN HONDURAS
Por Jorge Varela
En todo el Mundo y particularmente en el Cono Sur, se lleva a la práctica el acaparamiento de tierras y el acaparamiento de los Océanos, o sea la adquisición acomodada de tierras, mares, lagos, lagunas, ríos y los recursos hidrobiológicos que ellos albergan. Como siempre este despojo de recursos es liderado por el Banco Mundial, secundado por gobiernos como el Reino Unido y organizaciones no gubernamentales internacionales otrora ambientalistas y ahora mercantilistas. Esta política favorece a las corporaciones transnacionales y a las oligarquías nacionales en detrimento de millones de personas que viven de los recursos acuáticos. Para despojar a las naciones de sus bienes usan eufemismos tales como “derecho a la propiedad privada”, “cuotas transferibles de pesca”, “acceso seguro”, etc.
En Honduras desde la década de los 90´s se inicia la entrega de recursos del país y los intentos fallidos por aprobar una Ley de Pesca y Acuicultura (LPA) que complazca los requerimientos neoliberales que presionan por una nueva LPA apropiada a intereses extraños. Con los años hay varios intentos y “Dictámenes” favorables pero ningún presidente se atreve a contradecir la oposición generada por los pescadores que ahora se encuentran desarticulados, desorganizados y dedicados a la ejecución de proyectos de sobrevivencia en detrimento de la importante labor de incidencia política. En esta situación, un presidente con control sobre todos los poderes del Estado, logra que un sumiso Congreso Nacional, el 23 de Septiembre de 2015 apruebe la LPA, satisfaciendo a las transnacionales, la oligarquía nacional.
Congruente con los dictados generados por el acaparamiento mundial de los Océanos, la LPA otorga “derechos a la propiedad privada” y permite las “transferencias”: a los “concesionarios acuícolas”, “Licenciatarios de embarcaciones” y poseedores de “cuotas de pesca” con la potestad de poner estos bienes del Estado en venta, alquiler, hipotecas y garantía de crédito en la Banca Nacional “sin necesidad de autorización gubernativa” donde el Estado se limita a “inscribir los actos finales” de las transacciones.
El otro requerimiento es “derecho de acceso” y congruente con ello, el congreso elimina la “Zona Exclusiva de Pesca Artesanal” (ZEPA) y le da el derecho de acceso a naves de 5 toneladas con alta tecnología y autonomía de navegación que no existen en Honduras, y también autoriza “derechos de acceso” a naves industriales extranjeras que pueden faenar en toda la Zona Económica Exclusiva” incluyendo la zona costera. También se le da acceso a los recursos acuáticos a Fundaciones, Laboratorios, Centros de Investigación…locales y foráneos para que aprovechen los recursos investigados y reciban además los bienes nacionales en administración.
En resumen, se trata de la entrega de la soberanía, privatización de la pesca y eliminación del pescador artesanal.
Un par de diputados intentaron someter a reconsideración dicha LPA pero su solicitud fue rechazada. Ahora sólo queda el derecho a impugnar dicha Ley por ser inconstitucional y se contempla la posibilidad de presentar este caso de “acaparamiento” en la próxima Convención Mundial de Cambio Climático o en otras instancias internacionales.
En Honduras desde la década de los 90´s se inicia la entrega de recursos del país y los intentos fallidos por aprobar una Ley de Pesca y Acuicultura (LPA) que complazca los requerimientos neoliberales que presionan por una nueva LPA apropiada a intereses extraños. Con los años hay varios intentos y “Dictámenes” favorables pero ningún presidente se atreve a contradecir la oposición generada por los pescadores que ahora se encuentran desarticulados, desorganizados y dedicados a la ejecución de proyectos de sobrevivencia en detrimento de la importante labor de incidencia política. En esta situación, un presidente con control sobre todos los poderes del Estado, logra que un sumiso Congreso Nacional, el 23 de Septiembre de 2015 apruebe la LPA, satisfaciendo a las transnacionales, la oligarquía nacional.
Congruente con los dictados generados por el acaparamiento mundial de los Océanos, la LPA otorga “derechos a la propiedad privada” y permite las “transferencias”: a los “concesionarios acuícolas”, “Licenciatarios de embarcaciones” y poseedores de “cuotas de pesca” con la potestad de poner estos bienes del Estado en venta, alquiler, hipotecas y garantía de crédito en la Banca Nacional “sin necesidad de autorización gubernativa” donde el Estado se limita a “inscribir los actos finales” de las transacciones.
El otro requerimiento es “derecho de acceso” y congruente con ello, el congreso elimina la “Zona Exclusiva de Pesca Artesanal” (ZEPA) y le da el derecho de acceso a naves de 5 toneladas con alta tecnología y autonomía de navegación que no existen en Honduras, y también autoriza “derechos de acceso” a naves industriales extranjeras que pueden faenar en toda la Zona Económica Exclusiva” incluyendo la zona costera. También se le da acceso a los recursos acuáticos a Fundaciones, Laboratorios, Centros de Investigación…locales y foráneos para que aprovechen los recursos investigados y reciban además los bienes nacionales en administración.
En resumen, se trata de la entrega de la soberanía, privatización de la pesca y eliminación del pescador artesanal.
Un par de diputados intentaron someter a reconsideración dicha LPA pero su solicitud fue rechazada. Ahora sólo queda el derecho a impugnar dicha Ley por ser inconstitucional y se contempla la posibilidad de presentar este caso de “acaparamiento” en la próxima Convención Mundial de Cambio Climático o en otras instancias internacionales.
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