Dia Internacional de la mujer



Día internacional de la Mujer

Juan Antonio López, Pedagogo


Con una solicitud de disculpas a todas las mujeres y todos los hombres por lo que aquí escribo, creo que hoy es un buen momento para compartir ideas, aspiraciones y sentimientos. Hoy centramos la mirada y la atención en reflexionar respecto a la mujer. Sin negar que aún hay la posibilidad de llevar incrustada en mi conciencia la concepción que la cultura patriarcal ha construido históricamente, me permito escribir estas líneas que no son más que un intento por compartir percepciones que a mi juicio tienen un valor histórico, ético, moral. Con ocasión del internacional de la mujer este próximo domingo 08 de marzo, y con ocasión de la audiencia que una mujer tiene este día en un juzgado de la capital del país, quiero compartir mis apreciaciones de las relaciones Hombre-Mujer/Mujer-Hombre en el marco del desarrollo histórico de las relaciones de dominación sobre la mujer.

Aunque haya una variedad de teorías respecto al avance que el movimiento feminista internacional viene construyendo, todavía está en embrión el procesamiento teórico en relación con la génesis y el desarrollo de la opresión de la mujer a través de la historia. La mayor cantidad de literatura y teoría nace de investigaciones europeas y anglosajonas. Es mínimo todavía el aporte desde el mundo empobrecido, de los países del sur, y la teoría que existe parte en gran medida de una concepción masculina que esconde aspectos vitales de la opresión femenina y la evolución del sistema de opresión de la mujer. No hay hasta ahora una historia universal sustentada y compartida por la mujer europea, anglosajona, asiática, africana y latinoamericana respecto a la opresión de la mujer y mucho menos una propuesta clara de emancipación integral. Sin duda, es significativo el aporte del materialismo histórico al respecto.

La mayoría de países y Estados han nacido como tal en el seno de una economía de explotación esclavista, feudalista y capitalista tirada en los últimos 7 siglos por los imperios Inglés, Portugués, Italiano, Alemán y Español en el caso de muchos países latinoamericanos. Los rasgos de esa economía se sustentan en una concepción político-religiosa del ser humano como objeto y no como sujeto. La filosofía política del imperio español era y es la filosofía de la violencia monárquica patriarcal. El patriarcado ha definido la superioridad de un hombre sobre otros hombres y particularmente sobre la mujer, fundamentalmente por la posición que determinado hombre tiene en la estructura económica de la sociedad. Esa cultura explica porque un hombre blanco arranca de su espacio cultural y ambiental mediante la fuerza y la violencia a una mujer indígena, incluso a un hombre indígena. Esa cultura explica porque un hombre blanco arranca y somete mediante la violencia una mujer blanca, incluso a un hombre blanco. En América y particularmente en Honduras, el patriarcado es el padre de la cultura machista que se impuso tras la irrupción del dominio español en territorio indígena, ese machismo fue y es la expresión de dominación de quien tiene el control sobre los medios de producción.

El hombre blanco español con raras excepciones, desarrolló e impuso en América la cultura patriarcal y el machismo, hijo del patriarcado, como instrumento para el control de la plata, el oro, el hierro, el cobre, la madera, el hombre Indio y la Mujer India. Su concepción de dominio y propietario del ser humano Americano y su ambiente entero, lo llevaron a construir en estas tierras un Estado patriarcal. El Estado extractivista de la Colonia como estructura para el control de la vida material y espiritual de los pueblos es fruto de la violencia, impuesto por la violencia, sostenido mediante la violencia y prolongador de la violencia. Desde ese Estado el hombre blanco Español primero, Ingles después y Estadounidense posteriormente somete al hombre indígena y pobre, a la mujer indígena y pobre del mundo entero, pero su dominio tiene un acento mayor en relación a la mujer, su hambre egoísta lo ha llevado a instaurar un orden laboral en el que la explotación es mayor sobre el trabajo de la mujer. Hoy la economía mundial que tiene un desarrollo gigantesco, está marcada por el dolor, la angustia, el sufrimiento, la explotación y sangre de la mujer que el capitalismo y los capitalistas disfrutan.

La mujer siempre trabaja más y recibe menos por su trabajo. La mujer produce bienes materiales y espirituales pero vive de espaldas a esa riqueza, la mujer puede hablar con claridad y autoridad en relación a la justicia, la verdad y la libertad, pero una vos tartamuda masculina sepulta su expresión. La mujer está en la base de la existencia y reproducción de la vida, pero separada de las decisiones cruciales en términos políticos, económicos y culturales para la garantía de la justicia. El patriarcado configura y sostiene la sociedad dividida en clases sociales, el patriarcado nos divide y nos confronta entre mujeres y hombres empobrecidos. Engels afirma en “Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” que “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”. Ya Marx había dicho antes que: “la primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de los hijos”. Es verdad que entre hombres y mujeres hay diferencias biológicas, la diferencia biológico-sexual es natural, la desigualdad política, económica y cultural es construida e impuesta y sostenida por un conjunto de ideas y comportamientos respeto a ser mujer o ser hombre, esto es lo que explica la teoría de género.

De manera que el día internacional de la mujer es una ocasión no para celebrar, ni para un ejercicio de simple movilización social que puede ser un simple turismo social, este día es para reflexionar, para problematizar nuestras concepciones patriarcales porque estas atraviesan la estructura mental masculina y femenina, es para desenmascararnos como seres humanos, como hermanas/os en proceso de liberación. Aprovecho para reconocer el trabajo de la compañera Gladys Lanza, símbolo de dignidad femenina que desafía el imperio de la violencia jurídica en Honduras. Gladys desenmascara que en Honduras la ley y la justicia son enemigas entre sí, porque en este caso la ley responde al verdugo, la justicia corresponde a la dignidad de la víctima, pero la ley se impone sin razón sobre la justicia. La lucha entre Gladys y su verdugo es una lucha de clases, esta lucha es la herencia del patriarcado y el machismo que el capitalismo profundiza en Honduras y el mundo.

Estimada Gladys, estoy seguro y tú también, que la verdad es más fuerte que maldad. Con seguridad podemos decir que la libertad te pertenece. Gracias por tu ejemplo, a la distancia recibe nuestra solidaridad.

Tocoa Colon, 06 de marzo de 2015



Juan Antonio López



Pedagogo

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