El Papa, ilumina nuestro caminar como pueblo hondureño: «No esclavos, sino Hermanos».



El Papa, ilumina nuestro caminar como pueblo hondureño:  «No esclavos, sino Hermanos».

El papa con mucha lucidez resalta en este mensaje, “Las formas contemporáneas de la esclavitud”; entre estas formas degradantes, las que están presentes en Honduras.
 “En Honduras la desigualdad del ingreso y la pobreza están creciendo en forma exponencial, impulsadas por años de malos gobiernos, despilfarro, ineficiencia, contubernio de políticos y grupos de poder o presión, desperdicio de sus recursos naturales, ignorancia, deterioro del medio ambiente, falta de conciencia social y del bien común y especialmente LA CORRUPCIÓN , mal que ha infiltrado todos los estratos de la sociedad hondureña”

El papa Francisco, nos vuelve a tocar el corazón a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a los que creemos en Jesucristo, y que consideramos el evangelio como la fuente y regla de vida.

El papa Francisco, invita a toda la humanidad, como bien lo expresa en su mensaje de la paz de este 2015, a sentirnos y actuar como hermanos de todos y todas. Hace la radical afirmación: «no esclavos, sino hermanos».

Este mensaje, ilumina nuestro caminar como pueblo hondureño; exhortando a realizar un camino de fraternidad basado en la justicia y la dignidad humana, salvaguardando los derechos humanos y cuidando del pobre y desprotegido.

Así plantea el papa esta realidad de esclavitud en estos tiempos:

“Por desgracia, el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad. Este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad, adquiere múltiples formas sobre las que deseo hacer una breve reflexión, de modo que, a la luz de la Palabra de Dios, consideremos a todos los hombres «no esclavos, sino hermanos».”(1)

Este flagelo tiene sus orígenes desde los inicios de la humanidad, cuando perdimos el rumbo de vivir como creaturas en un paraíso:

“En la historia de los orígenes de la familia humana, el pecado de la separación de Dios… se convierte en una expresión del rechazo de la comunión traduciéndose en la cultura de la esclavitud (cf. Gn 9,25-27), con las consecuencias que ello conlleva y que se perpetúan de generación en generación: rechazo del otro, maltrato de las personas, violación de la dignidad y los derechos fundamentales, la institucionalización de la desigualdad.”(2)

“Desde tiempos inmemoriales, las diferentes sociedades humanas conocen el fenómeno del sometimiento del hombre por parte del hombre… el mismo derecho admitía que algunas personas podían o debían ser consideradas propiedad de otra persona, la cual podía disponer libremente de ellas; el esclavo podía ser vendido y comprado, cedido y adquirido como una mercancía.”(3)

En Honduras se han aprobado, en los últimos años, leyes que no favorecen al pueblo, sino a la clase con poder político y económico, por ejemplo, la ley de ZEDES, la ley de minería.

Estas leyes atentan contra la dignidad de la población, en especial a los campesinos e indígenas; afectando directamente su seguridad alimentaria, patrimonio familiar, poniendo en peligro la vida de las nuevas generaciones. Estamos tan igual que en los tiempos, donde el estado de derecho favorece una degradación de la calidad de vida de un pueblo, por hacer leyes para favorecer el mercado y la acumulación de capital en manos de pocos.

Como creyentes en Jesucristo tenemos que estar vigilantes de estas leyes que promueven una situación de pecado estructural, que asesina cantidades grandes de ciudadanos, por eso afirma el papa:

“Cuando el pecado corrompe el corazón humano, y lo aleja de su Creador y de sus semejantes, éstos ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos.”(4)

En Honduras, en el caso de la ley de minería y las ZEDES, consideran a las personas o poblaciones como objetos, como algo que sirve para alcanzar el lucro buscado por llamados empresarios o por los mismos funcionarios del gobierno.

El papa con mucha lucidez resalta en este mensaje, “Las formas contemporáneas de la esclavitud”; entre estas formas degradantes, las que están presentes en Honduras son, como lo dirá Francisco de manera profética:

“Me refiero en primer lugar a la pobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con la falta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo.”(4)

Los informes más conservadores apuntan que el 60% de la población vive en pobreza. “En 2010 hay 252,334 hogares hondureños más en situación de pobreza con respecto a los hogares del 2001. En 2010 ese número se incrementó significativamente a 1, 038,863 hogares. Similar situación ha sucedido con los hogares en pobreza extrema al pasar de 546,265 en 2001 a 676,733 en 2010” (PNUD, 2010).

“Hay que incluir también la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares.”(4)

Un escritor crítico lo resalta bien esta esclavitud que genera la corrupción en el país: “En Honduras la desigualdad del ingreso y la pobreza están creciendo en forma exponencial, impulsadas por años de malos gobiernos, despilfarro, ineficiencia, contubernio de políticos y grupos de poder o presión, desperdicio de sus recursos naturales, ignorancia, deterioro del medio ambiente, falta de conciencia social y del bien común y especialmente LA CORRUPCIÓN , mal que ha infiltrado todos los estratos de la sociedad hondureña” (Raúl Reina, http://www.hondurasysueconomia.com).

Otro mal de esclaviza a los jóvenes es, “el fenómeno de la trata de personas, del tráfico ilegal de los emigrantes y de otras formas conocidas y desconocidas de la esclavitud, tenemos la impresión de que todo esto tiene lugar bajo la indiferencia general.”(5)

El papa Francisco plantea el compromiso a los distintos actores, Instituciones y gremios involucrados en un Estado de derecho, con respecto de la erradicación de este flagelo humano de la esclavitud moderna.

“Los Estados deben vigilar para que su legislación nacional en materia de migración, trabajo, adopciones, deslocalización de empresas y comercialización de los productos elaborados mediante la explotación del trabajo, respete la dignidad de la persona.” (5)

“Las empresas, [6] en efecto, tienen el deber de garantizar a sus empleados condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados, pero también han de vigilar para que no se produzcan en las cadenas de distribución formas de servidumbre o trata de personas.” (5)

“Las organizaciones de la sociedad civil, por su parte, tienen la tarea de sensibilizar y estimular las conciencias acerca de las medidas necesarias para combatir y erradicar la cultura de la esclavitud.”(5)

El siguiente párrafo expresa de manera resumida nuestra dramática situación en Honduras, “La sola firma de acuerdo con el FMI, después de 5 años del Golpe de Estado y la suspensión de tales acuerdos, implica directamente el despido de miles de hondureños y hondureñas, que pasaran a engrosar las ya escandalosas cifras del desempleo, el aumento de las tarifas de los servicios públicos, y la eliminación de la inversión social. Si hasta la fecha, la propaganda de la oligarquía aplaudía a este gobierno por sus “avances en seguridad”, habrá que ver que hacen los mercadólogos para presentar con buena cara este agujero negro que atrae hacia sus entrañas toda la riqueza, ahora incluso las migajas, mientras los que quedan fuera no son capaces de distinguir entre lo que es alimentación y lo que es comida” (Ricargo Salgado B).

A la Iglesia le recuerda su misión de mostrar el amor de Cristo en las realidades concretas, como lo es la problemática de esta esclavitud humana.

“En su tarea de «anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad», la Iglesia se esfuerza constantemente en las acciones de carácter caritativo partiendo de la verdad sobre el hombre. Tiene la misión de mostrar a todos el camino de la conversión, que lleve a cambiar el modo de ver al prójimo, a reconocer en el otro, sea quien sea, a un hermano y a una hermana en la humanidad.”(6)

Retomemos el llamado del papa desde nuestro compromiso con la VIDA del planeta, como seguidores de Jesucristo y constructores de su Reino de justicia y paz (salmo 72).

“Hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo,[12] que se hace visible a través de los numerosos rostros de los que él mismo llama «mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45).”(6)

Fr René Arturo Flores OFM



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