MENSAJE DEL SEMINARIO JUSTICIA, PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN




“Escuchemos a Dios donde la vida clama”

MENSAJE DEL SEMINARIO JUSTICIA, PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN

Reunidas y reunidos en Lima del 3 al 5 de noviembre de 2014, religiosas y religiosos en representación de las Conferencias Nacionales, de diversas Congregaciones y Familias religiosas, hemos compartido experiencias de vida y reflexiones teológicas sobre las buenas prácticas sociales y ambientales de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en el contexto latinoamericano y caribeño.

Junto a laicas y laicos, en un ambiente de oración creativa, fraternidad-sororidad y comunión afectiva, hemos querido “escuchar a Dios donde la vida clama”, para hacer realidad viva el icono de Betania, que nos invita a ser casa de encuentro, comunidad de amor y corazón de la humanidad (Jn 11-12; Lc 10).

Al compartir nuestras experiencias y testimonios, constatamos una vez más que vivimos relaciones injustas provocadas por un modelo económico, político, social, cultural y religioso, que desencadena violencia, marginación, división, desequilibrio ecológico y uso irracional de los bienes de nuestra Madre Tierra causando no sólo mayor pobreza, sino la destrucción de la propia vida. Es un modelo contrario al proyecto de Dios que quiere vida auténtica, plena, digna, “buen vivir” o “buen convivir” (cf. Jn 10,10) entre todas y todos, desde el respeto y reconocimiento de las diferencias y biodiversidades.

Ante esta realidad, es cada vez más urgente promover redes de comunicación, integración y trabajo conjunto a todo nivel, comenzando por la intercongregacionalidad hasta llegar a instancias ecuménicas, interconfesionales, interreligiosas y con la sociedad civil que trabaja a favor del “buen vivir” desde y para nuestros pueblos.



Nuestro compromiso por la Justicia, Paz e integridad de la Creación se fundamenta en el mismo Dios Creador Uni-Trino, auténtica interrelación de vida comunitaria, que se ha revelado en el Hijo Jesús y con la audacia del Espíritu Santo nos empuja a continuar hoy su mismo proyecto desde nuestras comunidades de vida. Nos inspira el estilo de Jesús, con su lógica no violenta del Misterio Pascual, vivido y actualizado por nuestras fundadoras y nuestros fundadores. Es la invitación que hacemos a varones y mujeres de nuestras Iglesias y personas de buena voluntad, a trabajar juntas y juntos, en diálogo con los nuevos sujetos emergentes “para que nuestros pueblos tengan vida” (Documento de Aparecida 1, 384, 389).



Desde nuestras experiencias de vida y criterios evangélicos, al constatar situaciones que violan los derechos humanos, culturales, económicos y políticos, denunciamos aquellas acciones que contradicen la vida digna: los grandes proyectos extractivos mineros, hidroeléctricos; la Trata y el Tráfico de Personas y el no reconocimiento de los pueblos étnicos (ancestrales y emergentes); entre otras. Al mismo tiempo, promovemos y animamos campañas alternativas, como el reciclaje, las economías solidarias, el acompañamiento a las protestas sociales…, con la participación activa de varones y mujeres, especialmente jóvenes, quienes con el propio testimonio de vida y profunda humildad interior apuestan por vivir una espiritualidad integradora en el tiempo de transformación que vivimos.



Nos sentimos comprometidas y comprometidos a vivir en actitud de escucha a toda la creación, promoviendo relaciones fraternas y sororales, justas y creativas, en diversos niveles, para ofrecer espacios de acompañamiento, formación y colaboración entre nosotras y nosotros y en todos los escenarios religiosos y civiles.



Nos ayude en este propósito el Espíritu Santo de “armonía” y “vínculo de amor” (Evangelii Gaudium 117), la Ruah Divina, para que en la escucha interior y contemplación creacional, podamos discernir los signos de los tiempos, y así nuestras vidas y acciones puedan incidir positivamente en los espacios donde nos movemos.



Acogemos y apoyamos de todo corazón a nuestro Pastor, el Papa Francisco, en su llamada a vivir el Evangelio con ternura, sencillez y autocrítica, superando la comodidad autorreferencial (DA 8, 94). Nos comprometemos a ser comunidades “en salida”, “Iglesia con las puertas abiertas […] para llegar a las periferias humanas” (EG 46), en sintonía con toda la creación.



Participantes en el Seminario de la CLAR sobre Justicia, Paz e integridad de la Creación





Lima, 5 de noviembre de 2014

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