¿Dónde jugaran los niños y niñas, dónde vivirán en paz y felicidad?


¿Dónde jugaran los niños y niñas, dónde vivirán en paz y felicidad?


Los caminos de nuestros pueblos están marcados por una ruta de dolor y tristeza que recorren los niños y niñas que están abandonando su hogar, su techo y amor de los familiares, en búsqueda de un lugar en tierras extranjeras y extrañas.

¿Cuál es la desesperación por dejar la Madre tierra que los vio nacer? la respuesta pareciera evidente, es por la violencia y asesinatos en el tranquilo norte de Centroamérica. En esta realidad de inseguridad y homicidios, las principales víctimas son los jóvenes (menores de edad), en especial los que viven en los barrios pobres. También suma, como siempre, el empobrecimiento de la calidad de vida en los hogares de las grandes mayorías.

Un recuento de los datos de las deportaciones de menores de los EU (no cuenta los retornos de México) son alarmantes y preocupantes para nuestras sociedades, donde la juventud se encuentra en las calles, los caminos y las escuelas.

Con dolor demos una mirada a los datos siguientes:

MENORES QUE CRUZARON LA FRONTERA DE EU SIN ACOMPAÑANTE
PAIS
2009
2010
2011
2012
2013
2014
ES
1221
1910
1394
3314
5190
16404
GUATE
1115
1517
1565
3835
8068
17557
HOND
968
1017
974
2997
6747
18244


(Prensa grafica, 11-1014)

Los menores son los privilegiados en la mayoría de las sociedades en cuanto a sus leyes que buscan protegerlo y favorecerlo en su dignidad. Esta claridad en los marcos jurídicos, no es coherente con la práctica de la misma sociedad con respecto a los menores.

Cuidar al menor, es un grito de la realidad de nuestros pueblos. Cuidar la vida de los menores, en especial de las niñas y las adolescentes, es un imperativo en la familia y la escuela, en la protección de los DDHH por parte del Estado.

Jesús de Nazaret, considera que el ser como niños y niñas es el modo principal de participar del Reino de Dios; los niños y niñas, nos recuerdan la bondad y ternura del misterio de Belén, la migración de Jesús y su familia por la persecución de Herodes, es una solidaridad del Hijo de Dios con todos los niños y niñas migrantes.

Nosotros por el bautismo, somos los primeros llamados a proteger y cuidar a la niñez. La defensa de los menores en nuestros países va más allá de un lugar donde acompañarlos mientras crecen y se desarrollan como ciudadanos. Hoy está el llamado fuerte a la Iglesia seguidora de Jesucristo, de concretar una OPCION PREFERENCIA POR LOS NIÑOS Y NIÑAS, EN ESPECIAL LOS POBRES, CAMPESINOS Y MIGRANTES.





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